Tuesday, February 26, 2008

Bryce Echenique asume el «alto riesgo» de llevar Un mundo para Julius al cine

El escritor peruano, «sentimental y bastante nostálgico», abrió ayer el ciclo 'Escritores en su tinta' en Molina de Segura
Parece triste Alfredo Bryce Echenique, pero igual es que ya no lleva bigote. «¿Hace mucho que me afeité el bigote!». Hay algo, una bruma (quizá el mareo de los pleitos sobre plagios) o quizá algo en la mirada, algo de cansancio o de chasco. Parece que tiene frío, aunque se desabotone la chaqueta -bonita camisa azul ultramar llevaba ayer, también bonitas gafas-. Su última entrega es Las obras infames de Pancho Maraibo, una «novela de humor instalada en el corazón del dolor», la historia de un hombre con un nombre imposible: Bienvenido Salvador Buenaventura, una historia de amistad y traición. Un hombre, Bryce Echenique, que escribe «con humor para que duela menos» porque el humor es «es una de las facultades más lúcidas y divertidas de la inteligencia». Un hombre tranquilo y exagerado, creador de seres desvalidos, obsesivos, vulnerables, seductoramente desplazados. Habla despacio Bryce Echenique; habla dulce, atrapando anécdotas y zurciendo sucesos. Tiene voz de cuenta cuentos tentador. Ayer abrió en Molina de Segura el ciclo Escritores en su tinta, que coordina Lola Gracia. «Soy bastante sentimental y nostálgico», afirma mientras se atusa su extinguido bigote. Vueltas está dándole a su próxima novela, Dándole pena a la tristeza, de la que no ha escrito ni una línea. «Tomo mucho el té y más de una copa con mis personajes antes de llevarlos al papel», explica.Y habla Bryce de tinta que mancha, de los matices de la vida, de los colorantes (variados, espesos) de la literatura «que ayuda a contemplar el mundo mejor». «Yo soy un pesimista que espera que todo salga bien», advierte. «El escritor tiene una forma de ver el mundo que no es la común y de ahí nace el gusto de contar historias que, en realidad, son mentiras. Cuando era pequeño, mis compañeros de colegio me decían: a ti no te cree ni lo que comes». Y de esa extraña frase le nació la necesidad (hambrienta, golosa) de fabular y de vengarse contra quienes no creían en sus palabras. «Uno escribe porque la realidad es chata y mediocre y quizá también porque escribir es ir contra el absurdo del destino humano; hay quien ha dicho que los escritores somos rebeldes metafísicos; pero la realidad siempre está detrás de todo lo que uno escribe. Quizá uno narra para lograr el respeto de esos que me decían a ti no te cree ni lo que come», argumenta, para añadir, de un bocado, que «la memoria también se inventa».Y, ¿contra qué se rebela? «Yo escribo para crear una visión irónica del mundo, en la que se mezclan la risa y la lágrima..., esa es mi forma de desobediencia. De los perdedores se aprende mucho».El cine mataAhora -y siempre- está expectante, intrigado y algo desasosegado ante un nuevo y enrevesado reto. Un mundo para Julius (quizá su mejor novela) será lleva al cine. Ha trabajado «mucho» con la productora pero esa novela se ha convertido «en algo ajeno..., como un manzano al que cada uno acude cuando tiene hambre y le apetece». «Es una osadía, una cosa bastante arriesgada», reconoce. «Yo tiemblo cada vez que se hace una película sobre textos de García Márquez o Isabel Allende..., suelen ser unas porquerías sensacionales. Los grandes escritores mueren, en la mayoría de las ocasiones, en el cine..., yo ni me he tomado el trabajo de ir a ver El amor en los tiempos del cólera, que debe ser algo espantoso». ¿Y entonces? «Entonces..., yo creo en esta productora; ya veremos. Me daría más pena por ellos que por mi novela, que ella ya ha caminando y seguirá caminando sola».Julius será un adolescente alicantino, «algo que en Perú no ha sentado nada bien porque los peruanos son muy suyos y creen que todo lo peruano es lo mejor», el guionista será Senel Paz (que firmó el argumento de Fresa y Chocolate y que «ha vivido marcado por Un mundo para Julius») y el director del filme será el debutante Simon Brand, «un tipo tan desarraigado y descastado como Julius; judío, colombiano y que vive en Los Ángeles, conocido sobre todo por sus documentales sobre jazz», dice Echenique. Lo que no dice es que Brand también ha producido vídeos musicales para artistas como Shakira y Chayanne.Pilar Bardem y Carlos Bardem serán algunos de los rostros de esta «cosmopolita producción», que también incluirá actores franceses y norteamericanos. «Yo no me meto mucho en este lío..., propuse algunos personajes y no me hicieron ni caso porque todos eran unos vejestorios. Bueno, en alguna localización si he metido baza», añade.Cosas de la razónSe sigue atusando el bigote que no tiene. ¿El humor nos salva de algo? «Nos vuelve observadores. Mi humor, que casi siempre es ironía, está más cerca de la tradición cervantina que quevedesca. Mi humor no es un dardo envenenado sino una forma de observar el mundo, es un humor de la razón».Dice el autor de La vida exagerada de Marín Romaña que le sigue sorprendiendo «la gente y los viajes..., sobre todo la gente». Y, ¿qué le aburre? No lo duda: «La gente aburrida; las visitas largas son largas desde el primer minuto».

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