¿Melodramática?
Es algo más que simple: que yo recuerde, me pasa todos los días y dura sólo un minuto, raras veces dos. Mi ojo izquierdo se trastorna justo a las tres y cuarto de la tarde. He hablado al respecto con infinidad de oculistas y ellos siempre, dibujando sonrisas incrédulas o musitando ñoñerías, han dudado de la veracidad de mi singular afirmación. Los más generosos me tildan de hipocondríaco; otros –hablo de los peores– me recomiendan sin el menor empacho a curanderas o loqueros y asocian lo mío a paranoias y delirios pasajeros. ¡Ya estoy harto de los escépticos de bata blanca!
(...)
Lee todo en:
<< Home