Tuesday, March 07, 2006

EL PING PONG DE LA CONVERGENCIA


–¿Qué quieres hacer con ella?
– Fundamentalmente, quiero abrazarla y amarla.
–¿Y qué crees que quiere ella?
–Es que, cómo te lo explico... Hay dos Noelias: una es la que la semana pasada me besó y me dijo "yo también te quiero mucho", y la otra es la que me apartó y la que no ya me quiere ver.
–Es obvio que tú buscas a la primera...
–Exacto.
–¿La encontrarás?
–No lo sé
–Y ¿en qué momento ella se partió en dos?
–Ya te lo conté: todo el problema empezó la última noche que pasamos juntos en Santa Marta.
–Ah, cuando le hiciste tomar la pastilla del día siguiente, ¿verdad?
–¡No le hice tomar! Ambos decidimos usarla.
–Pero si no hubieran decidido usarla, como dices, las cosas no estarían como están ahora, ¿o sí?
–Es que a partir de esa imprudencia ella se puso a pensar en nosotros y empezó a presentir que nuestra relación ya no tenía un futuro.
–Y tú, sinceramente, ¿le ves futuro?
–No he pensado en eso...
–Habría que hacerlo de una vez...
–Bueno, la verdad, yo tampoco le veo futuro.
–Entonces ¿adónde quieres llegar?
–El problema es que es como si le hubiera dado mi virginidad. ¿Te acuerdas de mis demonios?
–Claro, no podías hacerlo sin preservativo. Te era imposible.
–Bueno, pues mi virginidad era hacerlo sin condón.
–Y si dices que a ella le diste tu virginidad... difícil que la olvides: ¡te va a costar mucho!
–Claro, estoy jodido. Creo que tengo que ir al psiquiatra... El problema es que ella me lo exigió: ¡me exigió hacerlo sin protección! Luego vino lo de la dichosa pastilla...
–¿Estás seguro de que ella fue la que te obligó?
–Bueno, no. En realidad, me lo pidió. Y actuaba con rencor cuando yo, por mis temores de mierda, no accedía.
–Qué problema... Y después de todas estas experiencias ¿crees que vale la pena enamorarse?
–Enamorarse... Enamorarse... Ahora creo que es un asunto de tener buena suerte.
–¿Suerte?
– Sí. ¿Y por qué la pregunta?
–Porque tengo curiosidad... yo nunca he tenido flaca, nunca me he enamorado...
–Bueno, si tienes suerte te enamoras y todo puede salir bien... pero si no hay suerte puedes terminar como yo: jodido... rejodido.
–Entonces voy a tomar nota.
–Hazlo, pero antes dime qué tal es el estar siempre solo, sin pareja.
–Es jodido... rejodido.

O.M.G.
04-02-2006

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