Friday, February 29, 2008

Un retrato infantil de Van Gogh de los días previos a su suicidio se pone a la venta



Un luminoso retrato infantil pintado por Vincent Van Gogh (1853-1890), y cuyo radiante optimismo contrasta con la tragedia de su suicidio, se pondrá a la venta el próximo mes en la feria de arte de Maastricht (Holanda).

Vincent Van gogh
A FONDO
Nacimiento:
30-03-1853
Lugar:
(Groot Zunder)
Ver cobertura completa (Diario El País de Madrid)
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La obra, titulada L' Enfant à l'orange, fue adquirida en 1916 a la familia del matrimonio suizo Arthur y Hedy Hahnloser, fundadores de la colección de arte Villa Flora, de Winterthur (Suiza), y desde entonces ha pertenecido a la misma familia.
Ahora, se ofrece por un precio que supera los 30 millones de dólares, según ha afirmado una portavoz del marchante británico Dickinson, encargado de su venta. La criatura de aspecto angélico y de radiante sonrisa es Raoul Levert, hijo de un carpintero local, que tenía entonces sólo dos años y al que Van Gogh pintó en el albergue Ravoux, de Auvers-sur-Oise, localidad próxima a la capital francesa. La identidad del retratado la confirmó Adeline Ravoux, hija del dueño del albergue, que aparece junto al pequeño Raoul a la puerta de aquella residencia en una fotografía tomada en 1890.
La inspiración de sus últimos días
Aparentemente feliz de estar de nuevo en el norte de Francia, Van Gogh pintó febrilmente más de ochenta cuadros en poco más de dos meses, es decir, a un ritmo superior a los dos cuadros al día. "Las pinceladas me vienen como en un mecanismo de relojería, así que confiando en ello, me atrevo a pensar que encontraré el equilibrio en el norte", escribió Vincent a su hermano Theo.
Poco antes de iniciar ese último viaje de su vida, Van Gogh había anunciado su intención de volver a pintar campesinos y paisajes. El artista dejó St. Rémy, donde había estado un año recluido en un hospital para enfermos mentales, y pasó algunos días en París junto a su hermano, su cuñada y el hijo pequeño de ambos.
Éste, llamado Vincent como el pintor, del que era además ahijado, se convirtió inmediatamente en una fuente de alegría e inspiración para el artista, que en Auvers comenzó a pintar retratos de niños de aspecto feliz y mejillas sonrosadas.
Las cartas que escribió Van Gogh desde Auvers reflejan su inmensa alegría de poder disfrutar finalmente de libertad tras su aislamiento en Saint-Remy. Nada más llegar allí, Van Gogh se puso a trabajar: "Hace un tiempo estupendo. Y me siento tan bien. Me acuesto a las nueve aunque suelo levantarme a las cinco (...) Y espero que dure esta sensación que tengo de dominar mucho más los pinceles que cuando fui a Arles", escribió a Theo.
Tras el suicidio del artista con un arma de fuego, L'Enfant à L'Orange junto a otros cuadros suyos hoy famosos como La Iglesia de Auvers o Lirios, además de su paleta y sus pinceles, se colocaron en el cuarto del albergue Ravoux donde se veló su cadáver.

Fuente: www.elpais.es

Imagen: 'L' Enfant à l'orange', de Vincent Van Gogh (EFE)

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