CARRANZA: Adiós a la generación del fracaso

"Oh, Carranza no se va; no se va; no se va; Carranza no se va", coreaba a todo pulmón la Trinchera Norte de Universitario de Deportes. Pero, ayer (miércoles 07 de abril), José Luis Carranza Vivanco colgó oficialmente los chimpunes, y con él se van también todas las generaciones del fracaso y de la franca decadencia del fútbol cholo.

Después de las eliminatorias de 1985 nuestro fútbol empezó a tocar fondo: en 1989 perdimos todos los partidos: cero puntos; en las eliminatorias de EEUU 1994, con los Carranza, los Balán Gonzáles, los Pablito Zegarra, repetimos el plato: perdimos todos los partidos eleminatorios (exceptuando el último, que lo empatamos a duras penas contra Paraguay); luego vino la eliminatoria rumbo a Francia 1998 y con ella la cultura del "casi, casi": Chile nos apabulló en Santiago y nos dejó fuera por diferencia de goles; llegaron, más tarde, Pacho Maturana y compañía... y Korea y Japón quedaron siempre lejos, abismalmente lejos, a pesar de los manotazos de ahogado de Julio César Uribe; ahora, Autuori quiere sellar con broche de oro otra eliminatoria decepcionante (tomen nota: Uruguay nos dará el tiro de gracia, como en la eliminatoria anterior).
Ojalá el Puma se lleve junto con él ese pesado costal de fracasos que, día a día, se hace más insoportable: porque la generación de los Chorri, los Solano, los Jayo le sigue los pasos... Y nosotros, a la distancia, seguimos creyendo que ver al Perú en el mundial es un sueño de locos.