La carta errante

Ésta es la carta errante de una amiga anónima que me dio el visto bueno para publicarla (previo cambio de los nombres reales ); el título original se ensambla con dos palabras: PARA TI.

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Hola, mi amor, ¿cómo estás? Espero que bien, y ¿si no te aguantas ya? Mmm, me imagino que estás bien, pues tus pronósticos de que yo estaba a tu disposición se cumplieron, no sé qué decir, tengo, no sé, como turbación por las cosas que aún me provocas... eres como una llama que se extingue y al instante vuelve a sofocarme...

Siento algo extraño, me da miedo ser yo misma, querer tanto de ti; perdóname, es mi culpa, no quiero arrastrarte otra vez en la caída (como le dices tú), lo que más me da cólera, es que te quedaste callado, no dijiste nada en absoluto...

¿Será que ya nada hay entre nosotros? Esperaba algo, no sé, tal vez es mejor así, creí que podíamos ser amigos, ¡verdaderos amigos!, pero ahora veo que no, ahora ¿qué diablos sigue? Yo creo que debemos aclarar las cosas: frente a frente, y no por una insensible máquina... Y hablar, aunque la verdad ya me lo dijiste una vez, cuando te dije que tú tomaras la decisión sobre nosotros: decidiste alejarte.

¿Y ahora qué? Yo no soy un juguete que tomas y dejas, y así, esto no está bien. Sí, ya sé que no quieres hablarme, pero ten en cuenta que, si no hablamos, nunca aclararemos las cosas que siguen pendientes.

Me da cólera –te lo repito hasta el cansancio- mi forma de ser contigo, ante ti me comporto como una criatura mansita. Me da cólera ser eternamente así contigo. ¿Por qué? No lo sé: ¿acaso lo sabes tú?, ¿qué me has dado?, no lo sé, pero me da más cólera aceptarlo todo... O, lo que es peor, yo misma provocarlo: es que no me entiendo ni yo misma, y tú, para colmo de males, sólo me confundes más.

Tengo miedo, mucho miedo, y por eso te pregunto: ¿tú qué sientes? Me imagino que se te pasó la arrechura y ahora con la cabeza fría pues: te debes arrepentir de todo lo que pasó ayer, y lo comprendo; no tomo lo de ayer como un “te dejo cuando quiero, y te tomo cuando me da la gana”... No quiero pensar que estás jugando conmigo, porque simplemente no lo merezco, y tú muy bien lo sabes... Por favor: no juegues conmigo, por favor: ¡no!

Mariana

El gastado debate sobre el origen del pisco

Hoy me llegó este interesante correo electrónico (me lo envía Miguel Alejandro Peralta Collado abraxas524@hotmail.com):

"Querido amigo:
El pisco...ni chileno ni peruano, es español... y no es broma. Los aborígenes americanos no conocían el proceso de destilación, este fue traido por los españoles. Sin la destilación, no se puede hacer pisco. Por lo demás, este se comenzó a hacer cerca del 1550, fecha en que ninguno de los países era independiente. Finalmente, el nombre se debe a un decreto español que impidió la salida de aguardientes desde América hacia España, por lo cual se empezó a contrabandear desde el puerto peruano de Pisco, y se le empezó a llamar genéricamente así. EL drama es que el chauvinismo y odiosiad de los peruanos hacia los chilenos les impide aceptar estos argumentos, que están acreditados históricamente en documentos de la Corona española de la época. Pero en fin, hay pueblos que no entienden razones, sólo se mueven por instintos."

Este debate sobre el origen del pisco ya está tomando ribetes desproporcionados. Bueno, cada loco con su tema. Pero es raro -por no decir hilarante- que alguien diga que “hay pueblos que no entienden razones, sólo se mueven por instintos”, sin tomar en cuenta que el nuestro, es un país que siempre apela a la razón (y por ende siempre tiene un espíritu pacífico y conciliador); no como el país del sur que, siempre, se vanagloria de su viejo (y patético) lema: POR LA RAZÓN O POR LA FUERZA.
No hay nada más que agregar y, como diría Antonio Cisneros en sus Crónicas del Oso Hormiguero, PROVECHO Y SERVIDO (...Y SALUD, DESDE LUEGO, CON UN PISCO PERUANO).

PD: No tengo nada contra España ni contra los chilenos bienpensantes; pero si hubo un país que se movió por un instinto nauseabundo, ése fue España: si la prodigiosa máquina del tiempo existiera los incas de aquellos tiempos podrían dar fe de lo que digo (mejor dicho de lo que dice la Historia).

El nuestro es un país formado del mestizaje, el Perú es una mezcla, es el encuentro de todas las sangres que nos recordaba siempre Jose María Arguedas; pero no por eso me voy a olvidar de quién fue Francisco Pizarro y quiénes fueron sus secuaces... Así como tampoco puedo olvidar quiénes pulverizaron la Biblioteca Nacional y quiénes remataron a soldados peruanos (porque "ningún indio debe quedar vivo"), mientras Grau, en las costas del Pacífico, salvaba vidas chilenas que exclamaban: "Viva el Perú generoso".

Sí, pues, somos un país generoso: dejamos que nuestras riquezas las aprovechen otros (¿es generosidad o estupidez?)

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NUESTRO HIMNO DICE QUE SOMOS LIBRES, ENTONCES SEAMOSLO DE UNA VEZ POR TODAS:

"Soy indio pero también algo más: soy español, pero también algo más. Esta doble vinculación no me ata dos veces sino que me permite tomar distancia y liberarme de todas las sangres. Simplemente soy libre: los materiales que se me han dado son valiosos y estoy agradecido por ello; tengo que usarlo para inventarme a mí mismo".

Fernando de Trazegnies, IMAGENES ROTAS